A cien años de la Declaración Balfour: Un logro extraordinario del Movimiento Sionista.

03/Nov/2017

Lic. Rafael Winter (Rufo), para CCIU

A cien años de la Declaración Balfour: Un logro extraordinario del Movimiento Sionista.

2 de noviembre de 1917.
“El gobierno de su Majestad ve con ojos favorables el establecimiento en Palestina de un Hogar Nacional para el pueblo judío…”. Primeras palabras de la Declaración Balfour.
(No está de más recordar que el territorio denominado “Palestina” es en aquel entonces claramente en referencia a Eretz Israel)
Esta Declaración, dirigida en forma de Carta a Lord Rothschild, marcó un antes y un después en la historia del Sionismo y de la región.
Creó una conmoción en el mundo judío. Cambió el mapa del Medio Oriente y trajo consecuencias que perduran hasta hoy y perdurarán para siempre.
Sin duda que el derecho del pueblo judío a su tierra ancestral es muy anterior, milenario; sin duda que ya había establecimientos judíos en el país; sin duda que ya habían habido modernas aliot (inmigraciones) y sin duda también que veinte años antes, Herzl ya le había dado forma al Sionismo Político con la convocatoria del Congreso Sionista y las Instituciones que a partir de dicho Congreso surgen.
Todo eso es cierto. Como así también que la actividad sionista continuó luego de la prematura muerte de Herzl.
No obstante, el reconocimiento que la Declaración Balfour hace en cuanto al derecho del pueblo judío a SU tierra, el espaldarazo que eso significa viniendo además de quien viene -Gran Bretaña- todo eso tuvo un enorme valor.
Y las consecuencias inmediatas: reconocimiento internacional; el otorgamiento del Mandato sobre Palestina (Eretz Israel) a Gran Bretaña.
Y el anhelo. Para muchos se acercaba la materialización del sueño milenario.
Y otros tantos comparaban también esta Declaración con el antiguo decreto del magnánimo Rey persa Ciro quien, habiendo conquistado Babilonia autoriza a los judíos a retornar del exilio babilónico a su tierra ancestral.
Mucho se ha analizado: ¿qué llevó a Gran Bretaña a realizar esta Declaración?
La conjunción de muchos factores y motivos: el contexto de la Primera Guerra Mundial; un liderazgo británico -Primer Ministro Lloyd George y Ministro de RREE Balfour -favorables a la causa judía y sionista partiendo de la misma Biblia; intereses geo-políticos británicos; la necesidad de ganarse el apoyo de la opinión pública judia en tiempos de guerra.
Quizás también, dicen algunos, el temor o la convicción de que países enemigos de Gran Bretaña durante la guerra hicieran su propia “Declaración”, perjudicando así los intereses británicos en la región.
Y por supuesto la diplomacia de Jayim Weizmann, el gran lider sionista de aquel entonces, quien tuvo un papel protagónico, preponderante, en todo el proceso que condujo a la Declaración.
Él también fue el hombre preciso en el lugar y momento precisos.
(Weizmann además era químico y sus trabajos como tal fueron muy útiles para Gran Bretaña en aquellos tiempos).
El texto final y conocido de la Declaración, de haberse aprobado la propuesta original de Weizmann que era mejor, pudo haber sido aún más favorable pero algunos integrantes de la comunidad judeo-británica -cuesta creerlo- presionaron en contra, considerando que la misma podría poner en peligro el status de los judíos en algunos países, más allá de otro tipo de consideraciones.
De todas formas y a pesar de que el “producto final” fue algo disminuido, la Declaración salió y conmocionó.
Nada de lo que ocurrió posteriormente hubiese sido igual sin la Declaración Balfour.
Es cierto que, no mucho tiempo después, Gran Bretaña paulatinamente irá desconociendo en la práctica lo que prometía en la Declaración.
También en épocas muy duras para el pueblo judío.
La realidad en el terreno demostró ser más compleja de lo que se pensaba y -fanatismo del liderazgo árabe mediante, falta de realismo y de pragmatismo árabe también- metió a Gran Bretaña en un atolladero. Que sigue en la región hasta hoy.
De todos modos, el hecho puntual de la Declaración marcó un hito en la historia del Sionismo y uno de sus más grandes logros, sin lugar a dudas.
No debemos olvidarlo.
Y tampoco debemos olvidar a todos aquellos protagonistas que la hicieron posible.